La casa de Dios
La casa de Dios es el universo, al nacer Dios te invitó a su casa vivir es entrar a la casa de Dios morir es salirte de su casa él te invitó, estás aquí por él. Tú no decidiste, ni pediste, ni pagaste por entrar. Pero, ya estás adentro. Te puedes quedar o salir. Eres libre. Tus padres te trajeron. Gracias a su decisión estás adentro. Pero la casa de Dios no es de tus padres. La casa de Dios existe. No hay duda. Se ve. Se siente. No se conoce a ningún humano, ni máquina que haya hecho esta casa ¿Por qué te invitó? Porque quiso, porque te quiere. ¿O no invitas tú a tu casa solo a los que estimas? La casa no se hizo sola. Ni es un caos. Es una casa ordenada, tiene reglas y leyes. Tiene sentido. De todos los que habitan en la casa, el ser humano es el más desarrollado Es una preciosa casa, inmensa, variadísima, muy entretenida y llena de sorpresas. A veces está llena de alegría, otras de tristeza. Pero ¡que bueno que Dios hizo esta casa! ¿O no? El instructivo para vivir en la casa de Dios lo traemos cada quien en el interior. Se llama conciencia. Cada quien sabe, si se escucha bien, que es bueno y que es malo. Lo que hagas dentro de la casa de Dios es decisión tuya. Tienes libertad para decidir, pero también tienes conciencia para decidir lo bueno nadie es 100% feliz todo el tiempo Y nadie es 100% infeliz todo el tiempo, todos pasan de felicidad a infelicidad en ciclos indefinidos pero mucho depende de uno al tener un poco más de felicidad, que de infelicidad. Si se obedecen las reglas hay más posibilidades. Ya estás adentro. Aprovecha. Disfruta. Paséate. No vas a estar eternamente, solo unos años. Ayuda a otros a disfrutar. Otros te ayudarán a ti. No impidas que los otros logren su felicidad. Si no obedeces las reglas, te pueden sacar o encerrar. Y cuidado.
Etiquetas: Darte cuenta, Disfrutar el camino