Terapia del elogio
Terapeutas que trabajan con familias, descubrieron que el elogio, está cada vez más ausente.
Vemos a muy pocos hombres elogiando a sus mujeres y vice-versa. Vemos a poquísimos jefes elogiando el trabajo de sus subordinados.
Rara vez vemos a los padres elogiando a los hijos y casi nunca los hijos a los padres.
Sólo vemos personas superficiales dando valor a personas que usan la imagen como negocio y que, por consecuencia, son personas que tienen la obligación de cuidar el cuerpo y el rostro.
Esa falta de elogio ha afectado mucho a las personas.
Comencemos a dar valor a nuestras familias, amigos, alumnos, compañeros.
Vamos elogiando al buen profesional, la buena actitud, la ética, el trabajo bien hecho.
Observemos lo que las personas son.
Realmente estamos rodeados de gente muy valiosa.
Hay a quien elogiar, solo nos falta hacerlo.
Los elogios son una gran motivación en la vida de cualquier persona.
Es reconocer el verdadero valor de los demás.
El elogio a otro nunca disminuye a quien lo dice, al contrario, lo hace ver listo, honesto, amable y justo.
Además el elogiado queda agradecido con el.
¿A cuántas personas podrías hacer feliz hoy, elogiándola de alguna manera?
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