Agradecer
Consiste en apreciar lo que es bueno en la vida.
Es la actitud de dar las gracias por todo lo que recibimos
reconociendo así el esfuerzo que hacen los demás por nosotros.
Es una forma de vida en la que siempre se trata de ver el vaso medio lleno.
La gratitud pasa por sentirse afortunado de lo que se tiene
a pesar de que otras personas tengan más que nosotros.
Si tuviera que elegir la palabra que más veces he escuchado durante mi estancia en Japón,
muy posiblemente diría que es “arigatou”, que significa “gracias”.
Se agradecido por todo lo bueno en tu vida,
dedica más tiempo a apreciar las cosas buenas que ya tienes.
Cuando dices gracias, cosas maravillosas pasan.
Siempre recuerda que abrir los ojos ya es un milagro.
Acuéstate agradeciendo y despertarás recibiendo.
Un maravilloso día comienza cuando agradeces.
Mi primera bendición del día es despertar, ¡gracias!
Agradecer es el arte de atraer cosas buenas.
Gracias. Repítelo varias veces al día, incluso cuando no encuentres razones para decirlo.
Recordar las palabras “mágicas”:
Estamos viviendo en una época en la que cada vez expresamos menos nuestro agradecimiento
y nuestro aprecio por los demás.
Es importante que nos habituemos a decir
“gracias”,
“por favor”
y “lo siento”
en los momentos en que sea adecuado y de forma correcta.
Un famoso escritor estaba en su estudio tomó lápiz y comenzó a escribir:
El año pasado tuve una cirugía y me quitaron la vesícula biliar.
Tuve que quedarme en cama por un largo tiempo.
El mismo año llegué a la edad de 60, tuve que renunciar a mi trabajo favorito.
Permanecí 30 años de mi vida en esa editorial.
El mismo año experimenté el dolor por la muerte de mi padre
y mi hijo fracasó en su examen médico porque tuvo un accidente de automóvil
y estuvo hospitalizado con el yeso durante varios días.
La destrucción del coche fue otra pérdida.
Al final escribió:
¡Fue un año tan malo!
Cuando la esposa del escritor entró en la habitación,
lo encontró triste en sus pensamientos.
Desde atrás leyó lo que estaba escrito en el papel.
Salió de la habitación en silencio y volvió con otro papel. Lo colocó al lado del de su marido.
Cuando el escritor vio el papel, se encontró con esto escrito en él:
El año pasado finalmente me deshice de mi vesícula biliar, después de pasar años con el dolor.
Cumplí 60 años con buena salud y me retiré de mi trabajo.
Ahora puedo utilizar mi tiempo para escribir con mayor paz y tranquilidad.
El mismo año mi padre, a la edad de 95, sin depender de nadie y sin ninguna condición crítica, conoció a su Creador.
El mismo año, Dios bendijo a mi hijo con una nueva oportunidad de vida.
Mi coche fue destruido, pero mi hijo se mantuvo con vida sin ninguna discapacidad.
Al final, ella escribió:
“¡Ese año fue una inmensa bendición de Dios!”
Eran los mismos hechos, pero con diferentes puntos de vista.
Si reflexionamos de que podría haber ocurrido algo más, estaremos verdaderamente agradecidos con el Señor.
MORALEJA:
No es la felicidad la que nos hace agradecidos,
sino el agradecimiento el que nos hace felices.
Siempre hay algo que agradecer.
No se como va tu año, no se como va tu día.
Lo que si sé es que hay un Dios que nos guarda,
nos cuida y hace provisión todos los días.
Seamos agradecidos y vivamos felices.
Te aseguro que son más las bendiciones que los fracasos,
el simple hecho de hoy estar de pie ya es una bendición.
Gracias papá, gracias mamá.
Lo que me dieron es perfecto.
De lo demás yo me encargo.
Acerca de tus PADRES
No dejes nunca de agradecerles el hecho de que te hayan traído a este mundo maravilloso
y que te hayan dado tan sólo la posibilidad de vivir,
sólo eso, vivir.
Acepta lo que te dan sin hacer preguntas y sin pedir más.
Evita ofender a quien te ayuda pidiéndole más de lo que te da.
Regresa con tanque lleno el auto que te prestaron, y limpio.
Es importante dar las gracias, pero es más importante sentirse agradecido.
Cuando la vida sea dura, ora y confía.
Cuando la vida sea bella, ora y agradece.
Tener un lugar a donde ir se llama Hogar.
Tener personas a quien amar se llama Familia.
Tener ambas se llama BENDICIÓN.
Expresar gratitud es generosidad.
No es que las persona felices sean agradecidas…
las personas agradecidas son felices.
Aprendamos a agradecer a los amigos por su amistad,
cariño, confianza y sobre todo,
su tiempo que invierten en nosotros.
Los amigos siempre son dones de Dios.
Debemos valorar más lo que tenemos
y que nos fue dado gratuitamente por la vida.
Los amigos,
la familia,
la sonrisa de los hijos,
el conocimiento que adquirimos,
la salud o el poder razonar.
Éstos sí, son verdaderos tesoros.
La mejor evidencia de qué clase de personas somos es nuestra capacidad para expresar gratitud.
Quién no se siente agradecido por las cosas buenas que tiene,
tampoco se sentirá satisfecho con las cosas que desearía tener.
Urgente, es que cada mañana,
cuando veas salir el sol, te impregnes de su calor,
y le des gracias al Señor por tan maravilloso regalo.
El que está agradecido por lo poco, disfruta mucho.
Cierto día, Matthew Henry, el conocido hombre de letras, fue asaltado por unos ladrones que le robaron la cartera.
Ese día escribió en su diario:
“Estoy muy agradecido, por que, primero, nunca me habían robado antes;
segundo, porque a pesar de que se llevaron mi cartera, me dejaron con vida;
tercero, porque aún cuando se lo llevaron todo, no tenía mucho;
y cuarto, por que me robaron a mí y no fui yo quien robó”.
Debes saber que existe la presencia de Dios en todas las cosas de la vida,
y por lo tanto, debes amarlo y darle gracias por todas las cosas que tienes
y por todas las cosas que te pasan.
No estás deprimido, estás distraído.
Por eso crees que perdiste algo, lo que es imposible,
porque todo te fue dado.
No hiciste ni un sólo pelo de tu cabeza,
por lo tanto no puedes ser dueño de nada.
Además, la vida no te quita cosas:
te libera de cosas…
te alivia para que vueles más alto, para que alcances la plenitud.
No te acostumbres a la vida,
no te acostumbres a despertar todos los días y estar aburrido,
o malhumorado,
o preocupado.
Abre tus ojos y agradece todas las bendiciones que puedes ver,
agradece tu capacidad de oír el canto de los pájaros,
tu música preferida,
la risa de tus hijos.
Pon tus manos en tu pecho
y siente tu corazón latir con fuerza diciéndote:
“Estoy vivo.”
Agradecer es una gran virtud,
dar las gracias,
reconocer a otros lo que hacen por ti es de personas con calidad.
Siembras para el futuro y haces felices a los demás.
Tú eres mucha gente, no vayas de autosuficiente:
eres el sumatorio de un gran cantidad de personas que te han ayudado,
no sólo materialmente sino emocional o personalmente.
De algunas de ellas a lo mejor ni eres consciente de la ayuda que te prestaron.
Practica la ley de la gratitud, es la primera ley del universo.
Es difícil que ocurra nada bueno sin ser agradecido.
Justo antes de ir a la cama, recuerda una cosa maravillosa que te ocurrió en el día.
Puede ser algo tan pequeño como un niño riendo o algo tan grande como un reparto de millones.
Sea lo que sea, se agradecido por ese día que ya nunca volverá.
Pero, todo lo que vivimos es un gran regalo.
Cada día,
el pasado,
hasta soñar con el futuro.
¿Qué bendiciones has recibido?,
¿De qué estás agradecido con Dios, qué te ha dado?
Hay tantas cosas para gozar
y nuestro paso por la Tierra es tan corto,
que sufrir es una pérdida de tiempo.
Además, el universo siempre está dispuesto a complacernos,
por eso estamos rodeados de buenas noticias.
Un día tormentoso, un feligrés se puso a pensar:
“No creo que el pastor tenga nada que agradecer a Dios en un día como éste”.
Pero Whyte empezó su oración de la siguiente manera:
“Te damos gracias, Señor, que no todos los días son como éste.”
El sol no sabe de buenos y de malos,
calienta a todos por igual.
Ánimo, con Dios todo es posible.