Debemos entender que las empresas no se controlan, se ordenan. Hemos confundido orden con control y pretendemos controlar las organizaciones, cuando en verdad lo que queremos es ordenarlas.
El afán de control provoca caos, no produce orden. Las organizaciones de mucho control jerárquico son caóticas.
Las empresas se ordenan con tres reglas básicas:
• Identidad • Información • Autonomía
Identidad: Es lo que somos y está en función de nuestra misión, de lo que estamos destinados a ser, del futuro, de nuestra visión. Una semilla no es una semilla, es un árbol en potencia y por ello se manifiesta en árbol. Si no hay identidad, se provoca el caos. La organización debe tener una identidad que va en función de su objetivo, de su misión, de su razón de ser. Si no la tiene, es caótica. Cada parte de la organización debe entender esa identidad y saber cómo contribuye a ella.
Información: Debe fluir oportuna y relevantemente a todas las partes del sistema. La información no debe contenerse, esconderse o limitarse. Muchas veces limitamos la información en las organizaciones con el afán de control. Eso produce caos.
Autonomía: Tiene que ver con la capacidad de decisión y actuación de cada parte del sistema, de cada uno. Si no existe autonomía se produce caos. Las organizaciones que por el afán de control no permiten la autonomía de sus partes son caóticas.
Si falla alguna de estas tres reglas o principios rectores se provoca el caos.
Del libro “Entre el Orden y el Caos “Santiago Roel R.