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1. Contrate a las personas adecuadas
Contrate por la pasión. Primero el compromiso, segundo la experiencia y tercero las credenciales. No hay escasez de currículos impresionantes por ahí, pero usted debe tratar de encontrar personas que están interesadas en las mismas cosas que usted. Haga las preguntas correctas: ¿Qué te gusta de tu carrera elegida? ¿Qué te inspira? ¿Qué cursos en la escuela te gustaron? Usted debe tener una idea clara de lo que el empleado cree.
2. Comuníquese
Una vez que tiene las personas adecuadas, debe sentarse regularmente con ellos y discutir lo que va bien y lo qué no. Es muy importante felicitar sus victorias, pero es igual de importante analizar sus pérdidas. Una cultura fértil es aquella que reconoce cuando las cosas no funcionan y se ajusta a solucionar el problema. Las personas necesitan sentirse seguras y en confianza, para entender que pueden hablar libremente sin temor a repercusión.
El arte de la comunicación tiende a poner presión sobre el habla, pero escuchar es igualmente importante. Las grandes culturas crecen alrededor de la gente que escucha, no sólo entre sí, también a sus clientes y partes interesadas. Es importante escuchar lo que está sucediendo fuera de sus paredes. ¿Qué está diciendo el mercado? ¿Cuál es el espíritu de la época? ¿Qué desarrollos y tendencias están pasando?
3. Cuidado con las malas hierbas
Una cultura de pasión puede verse comprometida por personas equivocadas. Unas de las hierbas más malas y destructivas en las empresas son los quejosos. Los llorones no son necesariamente públicos con sus quejas. No se levantan en las reuniones y dicen todo lo que piensan que está mal con la empresa. En cambio, se mueven a través de la organización, hablando en privado, sembrando la duda, estrangulando la pasión. A veces esto es simplemente la naturaleza de la bestia, que se quejó en su último trabajo y se queja en este. Estas personas no son una buena opción. Su pasión no es la suya. La crítica constructiva es saludable, pero la implacable queja es tóxica.
4. Trabaja duro
Para obtener pasión se requiere de una ética de trabajo. Es fácil hacer lo que te gusta. En la economía global se puede medir quien tiene una ética de trabajo superior, quien es líder en productividad. No muchas industrias hoy en día crecen en una semana laboral de solo cuarenta horas. Una cultura en la que todos entienden que las horas extras se requieren a veces, funciona si este sacrificio es reconocido.
5. Sea ambicioso
“No haga planes pequeños: no tienen la magia para agitar la sangre de los hombres.” Estas palabras fueron pronunciadas por Daniel Burnham, el arquitecto de Chicago cuya visión recrea la ciudad después del gran incendio de 1871. El resultado de su ambición es una ciudad extraordinaria de América. La ambición es a veces vista como algo negativo en estos días, pero sin ella nos estancamos. Se necesita una cultura que apoye pasos grandes y poderosas creencias. Usted puede ver estas cualidades en las ciudades que se han transformado. Las ciudades son los ejemplos más visibles de las culturas de éxito y fracaso. Bilbao y Barcelona lo hicieron y se convirtieron en la envidia del mundo y principales destinos turísticos. Pittsburgh se reinvento a sí mismo, cuando la industria del acero se secó. Pero Detroit no fue capaz de hacer lo mismo cuando la industria automotriz se desplomó.
6. Celebre las diferencias
Al elegir a los estudiantes para un programa, la mayoría de las universidades consideran algo más que calificaciones. Si usted tuviera una docena de aplicados, que están en el mismo nivel socio-económico y de la misma área geográfica, no podrá obtener mucho, ni debates interesantes o ni interacción. Las grandes culturas se basan en una diversidad de antecedentes, experiencias e intereses. Estas diferencias generan la energía que es fundamental para cualquier empresa.
7. Crear el espacio
Hace años, los científicos que trabajan en los laboratorios estaban a menudo en refugios subterráneos y rara vez veían a sus colegas, el secreto era muy apreciado. Ahora la innovación es muy apreciada. En edificios de última generación de investigación y académicos, los arquitectos tratan de promover la mayor interacción posible. Diseñan espacios donde las personas de diferentes disciplinas se reúnen, ya sea en un área de trabajo o en el espacio de ocio común. Su razonamiento es simple: es la interacción la que ayuda a sacar ideas revolucionarias. Charla creativa e ingeniería en el café. Recursos humanos y marketing chocan entre sí en el gimnasio. Mire su espacio y pregunte, “¿Promueve la interacción y la conectividad?”.
8. Tome la visión a largo plazo
Si su cultura es dependiente de los ingresos de este trimestre o la meta de ventas de este mes, entonces se ve obstaculizada por el pensamiento a corto plazo. Tendemos a sobreestimar lo que podemos hacer en un año, pero a subestimar lo que podemos hacer en cinco años. La cultura tiene que mirar hacia adelante, no sólo en meses, sino en años e incluso décadas.

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